Yoga restaurativo para la ansiedad

Yoga restaurativo para la ansiedad-2

En este post te comparto una clase de yoga restaurativo. Ideal para cuando necesites para calmar la ansiedad, reducir la fatiga o aliviar las molestias del período ¡Regálate unos minutos para parar, y resetearte!

Espero que estés muy bien. Yo lo estoy, después de haber pasado unos días floja de ánimo. No sé si sería por la luna nueva o por cansancio, que he estado especialmente sensible.. Afortunadamente ese valle de sensaciones ya pasó y, aunque tenía preparado otro post, he decidido traerte algo más acorde a como me sentía, pensando en que, si a ti te pasa, te pueda servir, así que hoy tienes una sesión de yoga restaurativo, enfocada en reducir la ansiedad y el estrés, aliviar las molestias del período y descansar.

Algo que nos enseña la práctica del Hatha Yoga es a ser conscientes de cómo nos sentimos y de qué es lo que nuestro cuerpo necesita en cada momento. Una necesidad que va más allá del simple placer individual o de lo que nos apetece.

Cierto es que cuando se adquiere cierto compromiso con la práctica, es importante desarrollar constancia y entrenar la fuerza de voluntad, de modo que podamos ser constantes con nuestra práctica, a pesar de los vaivenes de nuestro ánimo. Este esfuerzo es lo que en Yoga conocemos como “tapas”. La disciplina que aviva nuestro fuego y elimina nuestras impurezas físicas y, con el tiempo, mentales.

Pero cierto es también, que puede haber momentos en que tengamos una necesidad mayor que justifique que cambiemos nuestra rutina yóguica. Este sería el caso de los días de menstruación, malestar o aquellos en los que nuestro estado anímico o emocional necesita un cambio.

Algo más que nos enseña practicar Yoga es a observar nuestras tendencias, patrones y actitudes. En mi caso, por ejemplo, tengo grandes dificultades en parar. Hace un tiempo creía que era una virtud ser un “cul inquiet”, como se dice en Catalunya, pero ahora entiendo que no poder parar tiene sus perjuicios y más si se desea vivir de acuerdo con los preceptos yóguicos, que nos conducen al AQUIETAMIENTO mental. 

En este caso, entonces, puede ser necesario utilizar el Yoga para cultivar la presencia y la observación en la quietud. Así pues, dedicar específicamente unos minutos a reponerse, también es necesario y beneficioso.

Por eso en esta ocasión he preparado específicamente una clase de yoga restaurativo. Como verás también se hacen ásanas, no es que se trate sólo de una relajación o savasana largo, pero en la mayoría de ellas utilizamos elementos que nos sirven de soporte y nos ayudan a sentir los efectos de las posturas pero sin esfuerzo físico por nuestra parte (aunque puede que, si también eres “cul inquiet” sí te suponga un esfuerzo mental).

Como verás en el video, necesitarás varias mantas, cojines y/o almohadas. Te recomiendo que eches un vistazo a los primeros segundos del video para ver los elementos que conviene que tengas a mano. Verás que los tienes en casa. He preferido utilizar objetos cotidianos, en lugar de las mantas de mudanza o bolsters que normalmente encontramos sólo en los estudios de yoga (y que, probablemente no tengas en casa).

Cuando practiques con el video, tómate todo el tiempo que necesites para colocar las mantas, cojines y tú misma. Es fundamental que te sientas totalmente cómoda en cada postura. Sobre todo en esta práctica, los elementos sirven para adecuar la postura a tus necesidades. Si sientes algún dolor en espalda, rodillas, etc. En alguna de las posturas, ajusta los soportes hasta que la molestia desaparezca.

También observarás que el número de posturas es mucho menor al habitual porque el tiempo que permanecemos en ellas es muyo mayor. No te asustes por ello porque estoy segura que no te aburrirás en la postura a pesar de estar mucho tiempo más de lo habitual. Cuando preparé el video no podía creer que hubiera podido pasar un minuto entero en una postura. Pero es que se estaba tan a gusto…

Y en cuanto a la respiración, al igual que en la práctica habitual, préstale atención cuando te muevas entre posturas. En aquellas en las que te inclinas hacia adelante o al costado, inhala para estirar un poco el tronco, y pliégate con la exhalación.

Corro, corro.. ¡a relajarme!

Mientras escribo estas líneas he recibido un mensaje de una suscriptora que dice que le gustan mucho los videos pero que no encuentra el momento para practicar en casa. Bueno, pues te cuento que algo que es súper de esta secuencia es que, si no tienes mucho tiempo, ¡puedes hacer las posturas sueltas! Si no tienes 15’ para practicar esto, pues.. ¡usa 5’! Coge algunas mantas y cojines, elige la postura que te parezca más apetecible, ¡y haz sólo eso! Te insto a que venzas tu pereza, que la pruebes y me cuentes cómo te sientes durante y después.

No te quiero entretener más, prefiero que te reserves unos minutos en tu agenda o calendario para resetearte y renovarte. 

Ya sabes que puedes escribir, más abajo en esta página, con cualquier duda, comentario o idea.


Te mando un abrazo, 

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